Peleando con la vida descubrí que mi único rival eran mis propias debilidades y pelear por los sueños la única forma de superarme.
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sábado, 15 de octubre de 2011
historias
Se martilla la cabeza sin piedad, vuelve con los ojos llenos de perdón pero es demasiado tarde y ella le da un beso de esos, que humillan a la soledad.
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